Preparación de la mezcla: El vidrio plomado se fabrica utilizando una combinación de materias primas, como arena de sílice, carbonato de sodio, óxido de plomo y otros aditivos. Estos materiales se mezclan en proporciones específicas y se calientan a altas temperaturas en un horno.
Fusión: La mezcla de materias primas se introduce en un horno a temperaturas extremadamente altas, generalmente por encima de los 1,200 grados Celsius. En este proceso, los componentes se funden y se forman líquidos.
Moldeado: Una vez que la mezcla se ha fundido adecuadamente, se moldea según el tipo de producto final deseado. Hay varios métodos de moldeado, como el soplado o el laminado. En el caso del vidrio plomado, generalmente se utiliza el proceso de laminado, donde la mezcla se extiende y se lamina en láminas uniformes.
Enfriamiento controlado: Después de la etapa de moldeado, el vidrio se enfría gradualmente para evitar tensiones y garantizar su estabilidad. Este enfriamiento controlado se realiza en un horno especializado conocido como horno de recocido.
Corte y acabado: Una vez que el vidrio se ha enfriado y solidificado, se procede al corte en paneles o formas deseadas. Además, se pueden aplicar técnicas de acabado, como pulido o esmerilado, para lograr el aspecto final deseado.
Se utiliza principalmente en entornos donde se requiere protección contra la radiación. Debido a la alta densidad del plomo, el vidrio plomado puede bloquear los rayos X y gamma, lo que lo hace ideal para su uso en equipos médicos, instalaciones nucleares, laboratorios, y otros lugares donde se maneja material radiactivo. También se utiliza en la fabricación de ventanas y paneles de protección para salas de radiología, cámaras acorazadas y otros entornos que requieren protección contra la radiación.
Existen productos engañosos relacionados a los vidrios plomado desde especificaciones deficientes que no cumplen con la calidad necesaria hasta suplantación de vidrios sin plomaje Para identificar el vidrio plomado, puedes utilizar los siguientes métodos, sin embargo la recomendación mas relevante es adquirirlo con un proveedor de confianza
Inspección visual: El vidrio plomado suele tener una apariencia similar al vidrio común, pero es más pesado debido a la presencia de plomo en su composición. Si puedes levantar el vidrio y sientes que es más pesado de lo normal, existe una alta probabilidad de que sea vidrio plomado.
Prueba de densidad: Puedes realizar una prueba de densidad comparando el peso del vidrio en cuestión con un pedazo de vidrio común del mismo tamaño. Si el vidrio que estás evaluando es más denso y pesado, es probable que sea vidrio plomado.
Prueba de radiación: Si tienes acceso a un medidor de radiación, puedes utilizarlo para verificar si el vidrio emite radiación. El vidrio plomado está diseñado para bloquear la radiación, por lo que si el medidor muestra una baja lectura de radiación al probar el vidrio, es una indicación de que es vidrio plomado.
Consulta con el fabricante o proveedor: Si tienes dudas sobre si un vidrio es plomado o no, lo mejor es consultar al fabricante o al proveedor. Ellos pueden proporcionarte información precisa sobre las características del vidrio y confirmar si se trata de vidrio plomado.
Recuerda que la identificación precisa del vidrio plomado puede requerir pruebas más especializadas y equipos específicos. Inclusive un laboratorio especializado en análisis de materiales.